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PROCESOS JUDICIALES CON VÍCTIMAS MENORES

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Con la aprobación el pasado mes dejunio de la LO 8/2021, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, conocida como Ley Rodhes, se convierte en excepcional la declaración en juicio de los menores de 14 años o de las personas con discapacidad necesitadas de especial protección.

Se establece, por tanto, como norma general la práctica de la prueba preconstituida en fase de instrucción y su reproducción en el acto del juicio evitando que el lapso temporal entre la primera declaración y la fecha de juicio oral afecten a la calidad del relato, así como la victimización secundaria de víctimas especialmente vulnerables.

En estos supuestos, la autoridad judicial, practicada la prueba preconstituida, solo podrá acordar motivadamente su declaración en el acto del juicio oral, cuando, interesada por una de las partes, se considere necesario.

El ser víctima de delitos como los abusos sexuales en la infancia constituye, en muchas ocasiones, una experiencia que marca el desarrollo psicológico del menor que lo padece. Las debilidades y fallos del sistema jurídico repercuten en una revictimización del menor que ha sufrido abusos sexuales.

La victimización primaria es una consecuencia derivada de un delito. La persona siente que son vulnerados sus derechos como persona y por ello asume el rol de víctima. La victimización secundaria (o revictimización) es la respuesta que da el sistema a una víctima. Esta respuesta hace que la persona reviva la situación traumática y vuelva a asumir su papel de víctima. En esta ocasión no es solo víctima de un delito, si no de la incomprensión del sistema.

Además, las vulneraciones de sus derechos influyen en la calidad del testimonio del niño, que en la mayoría de los casos es la única prueba disponible. Cuando esta prueba no se toma con la máxima eficacia, el caso acaba en una suspensión temporal del procedimiento. Es evidente que lo ideal para evitar la revictimización sería que la víctima contase los hechos en tan solo una ocasión.

En la mayoría de casos, cuando se presenta una denuncia por abuso sexual en la que la víctima es un menor de edad, el menor tiene que declarar varias veces. Este proceso tiene como consecuencia en el menor el aumento del posible trauma causado por tener que enfrentarse a un proceso judicial muy largo en que está llamado a testificar en varias ocasiones y en el cual su testimonio se pone en entredicho.